Los estudiantes de primaria tienen una edad promedio de seis años, aunque eso a Don Santiago Hernández Casillas no le importó, pues decidió comenzarla a sus 103 años de vida.
Don Santiago nació unos años antes de que concluyera la Revolución Mexicana, el 25 de julio de 1914, y durante una entrevista con Telediario, cuenta como en aquellos años los niños no estudiaban para prepararse en otras actividades.
“Para mí no hubo niñez, no hubo escuela, no hubo nada”.
“Nadie estudiaba, era puro que hacer y trabajo para los niños. Ni un niño había en la calle, todos en su casa haciendo que hacer, dándole de comer a las gallinas, marranos…”, dijo.
Fue hasta la edad de 10 años que Don Santiago comenzó a trabajar.
“A los 10 años ya andaba trabajando cuidando vacas. En aquellos años no se preocupaban por la escuela. No había escuelas para los niños, aunque quisieran estudiar no estudiaban”, mencionó.
Varios años después, en los cuarentas, Don Santiago fue parte de la primera generación de trabajadores de la constructora Maiz Mier, una de las primeras compañías establecidas en la Ciudad.
Dentro de la empresa, sin saber leer o escribir logró que lo ascendieran de albañil a jefe de obra.
“Cuando vine a Monterrey me aventé dos años de ayudante de albañil, a los dos años agarré la cuchara”, recordó.
“Todos, todos, puros ingenieros. No pasaron ni 15 días cuando ya era mayordomo yo. Yo sin saber hice muchas cosas”, dijo.
Don Santiago se encuentra cursando el sistema de alfabetización, para dar inicio a sus estudios básicos en el Instituto Nacional de Educación para el Adulto, no quiso dejar pasar la oportunidad que le llegó 100 años tarde, estudiar la primaria.
“Si me gusta, si me gusta, lo que pasa es que de un día para otro lo que yo aprendí hoy, al otro día se me olvida”.
“Yo lo único que les diría es que se pusieran a estudiar así de grandes”, finalizó.