Palestina tuvo ayer un día negro, tras las manifestaciones en contra de la reubicación de la Embajada de Estados Unidos en Israel hacia Jerusalén y la “Marcha del Retorno”, protestas realizadas en la franja de Gaza, que dejaron un saldo de 58 muertos y más de 2 mil 700 heridos.
La mayoría de los fallecidos son jóvenes, entre 20 y 30 años, señaló el Ministerio de Salud palestino.
La mitad de los heridos son atendidos por disparos de arma de fuego y metralla, otros por golpes diversos y asfixia, por la inhalación de gases lacrimógenos lanzados por fuerzas israelíes.
El Ejército de Israel responsabilizó de los disturbios a Hamas, grupo islamista, de “dirigir una operación terrorista bajo cubierta de masas de gente en diez localidades de Gaza”.
En un comunicado, las fuerzas armadas israelíes informaron que hicieron frente a cerca de 35 mil “manifestantes violentos” localizados en la frontera y que actuaron apegados a los protocolos establecidos para esas situaciones.