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Wall Street recibe con pérdidas el ultimátum a México.

La industria automotriz sería la más castigada por el arancel, debido al impacto en la cadena de suministro de componentes.

Donald Trump vuelve a recurrir a los aranceles como arma económica. Pero el ultimátum que acaba de dar a México para que combata la inmigración ilegal puede tener consecuencias no deseadas para la economía y el tejido productivo de Estados Unidos, si consuma su amenaza. Wall Street recibió el anuncio del gravamen general con una caída superior al 1% en tres de sus índices, aunque los valores más castigados fueron los de la industria automotriz.

México fue el segundo mayor suministrador de bienes a EE UU el año pasado, por detrás de China. En total se importó mercancía desde la frontera sur por valor de 346.500 millones de dólares. Fue un 10% más que en 2017 y un 60% de incremento en una década. Ese volumen representa casi el 14% de todos los productos que entraron en el mercado estadounidense. En el primer trimestre, las importaciones desde México ascendían a 86.630 millones.

Trump volvió a expresar este viernes su frustración con el déficit comercial que EE UU tiene con México, que el año pasado ascendió 81.500 millones en el apartado de bienes. Si finalmente la amenaza de Trump se materializa, con el arancel del 5% recaudará 17.000 millones anuales en la frontera. El presidente está dispuesto incluso a elevarlo de una manera progresiva hasta el 25%, lo que equivaldría a unos 87.000 millones. Con esa cantidad cubriría así el déficit.

El problema, según los analistas de Raymond James, es que “se está mandando el mensaje a la comunidad internacional de que no se puede confiar en él”. La táctica de confrontación con China lleva semanas creando volatilidad en el parqué neoyorquino. El giro inesperado de Trump hacia México se produjo además el mismo día en el que EE UU activó el proceso de ratificación del nuevo tratado de libre cambio con México y Canadá, que ahora se ve amenazada.

Por categoría de productos, el sector sin duda más afectado por la apertura de este nuevo frente es el de la automoción. Los datos de la oficina de Comercio Exterior cuantifican en 93.300 millones las importaciones en este segmento. Los fabricantes de vehículos y componentes ya advirtieron a Trump de las consecuencias de aplicar el impuesto fronterizo en un momento en el que las ventas se moderan. El arancel es un impuesto que elevará el coste de los coches.

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