Ayer cambió el destino de los hermanos Simón, Luis Alonso y José Regino González Villarreal, acusados de narcotráfico en Malasia, luego de que les conmutaron la pena de muerte.

Los originarios de Sinaloa fueron detenidos en 2008 y condenados a la horca desde 2012, tiempo desde el cual mantuvieron una férrea defensa legal, apoyados por la Cancillería mexicana, para que se echara abajo la sentencia.

Finalmente ayer el sultán Ibrahim Ismail Ibni Almarhun Iskandar Al-Haj, única persona que puede conmutar o perdonar un delito en Malasia, decidió cambiar la pena capital por cadena perpetua.

La defensa de los hermanos González y el personal diplomático mexicano basaron sus alegatos en múltiples irregularidades que se presentaron durante el juicio, que incluyen falta de traductores, desaparición de evidencias favorables a los mexicanos y diversos abusos a sus derechos humanos.

Cabe señalar que los sinaloenses en todo momento han negado las acusaciones en su contra, señalando que solo trabajaban en el área de limpieza de una fábrica, desconociendo que ahí se procesaban drogas.

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